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MANU HOMINIS IN MANU DOMINI

LUZ DEL CARMEN

La obra de Carmelita Blanco funciona a manera de recordatorio de discursos ante los cuales muchas veces hemos tapado nuestros oídos. A partir de su trabajo en encáustica y arcilla, colores cálidos y dorados, nos transporta a la tradición cristiana, rozando la antigüedad sin perder su carácter actual. La mano del hombre en la mano de Dios, perpetúa la idea de que el ser humano no es el artífice sino instrumento de Dios para administrar lo creado.
    
Representando lo irrepresentable, Blanco Cornejo evoca a través de figuras circulares, la omnipresencia y perfección del poder de Dios, sembrando la idea de un ciclo y correspondencia directa, “como es arriba, es abajo”. Manu Hominis in manu Dominis perpetúa la humildad del ser humano, quien deja su destino en las manos de Dios y mantiene el deseo de querer – en tiempos de contingencia- hacer más la voluntad divina, que la propia.

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